En esta ocasión en que hemos decidido tomar la pluma nuevamente, lo hacemos como se pinta de otoño el año, lentamente. Y como las hojas, así cayeron también las palabras, suavemente, parecido a un murmullo de invierno.
En este tomo, intentamos echar a volar la imaginación, y crear un personaje con quien soñáramos, un personaje que nos llamara a sembrar una simiente en el alma, para aprender a descubrirlo, modelarlo hasta darle una personalidad que le sentase bien.
Las historias de los y las estudiantes de Lanza letras, están frescas, llenas de vida, y aunque la melancolía y la nostalgia de la existencia en sus lozanos años también se refleja en sus escritos, nos reencontramos en ellas con nuestra juventud.
Los invito como lectores, a atraparse en estas historias originales y vibrar con ellas, a erizarse la piel, de la misma forma que ellos lo hicieron al escribirlas.
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