La maternidad es un reto que las mujeres han afrontado desde el inicio de los tiempos aprovechando la intuición, apostando a la paciencia, poniendo a prueba la energía, reorganizando las tareas domésticas, distribuyendo el cariño a cada integrante de la familia, mostrando nuestra valentía y sobre todo, aprendiendo a interpretar lo que el bebé necesita. Uno de los desafíos más grandes es alimentar y nutrir, símbolo innegable de amor. La relación nutricia se vuelve ardua cuando el hijo es Alérgico Alimentario Múltiple y lo único que queda es “probar” y celebrar cada acierto.
La autora, tras el diagnóstico de Alergia Alimentaria Múltiple de su hija, eligió perseverar en la lactancia materna, a pesar de las restricciones de alimentación para ella, echando a volar la imaginación y cruzando los dedos para que cada receta creada con la delicadeza que sólo una madre puede alcanzar, fuera un canto de victoria. Decidió que este trabajo, producto de la perseverancia, se plasmara en un libro, que probablemente será un apoyo para las madres que se encuentran en una situación así y que es producto de un camino de profundos aprendizajes, lleno de fallos y aciertos, certezas e incertidumbre, encuentros y desencuentros, y la construcción de un lazo inquebrantable de una mamá con su hijo.
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