(Extracto)
“Llegué yo, y es como si de verdad, sin exagerar ni emplear metáforas o comparaciones, el pastor Reymundo, su esposa Paulina, y sus hijos Sarah y Abraham, hubiesen sido expulsados del paraíso. Apenas puse un pie en el vientre de mi madre, la vida comenzó a mostrarles su lado duro y hostil No me siento responsable ni tampoco me jacto mucho de eso, me da la impresión que llegué a este mundo precisamente para verificar si la perfección familiar que ostentaban de manera pública y privada era real”.
d de Rancagua.
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