Este no es un libro de botánica. Su autor es un fotógrafo aficionado, amante de la naturaleza en general y de la flora silvestre en particular, que con este pequeño libro quiere mostrar y ayudar a identificar una mínima parte de la hermosa flora de nuestra zona central. Por flores silvestres se refiere a aquellas que aparecen de manera espontánea a la orilla del camino, en los campos, laderas de cerro, al borde de los ríos o en pequeñas quebradas junto a un riachuelo. Nadie las planta, nadie las cuida, nadie las riega. Pero no es tan cierto. “Nadie” es en realidad la tierra, la lluvia, el viento, los pájaros, las abejas, y en ocasiones el ser humano. Es decir, es la Madre Naturaleza quién realiza todo ese trabajo que nosotros no vemos.
La flora silvestre puede ser endémica, llamadas así las especies que son propias o exclusivas de un área o país como la palma chilena (Jubaea chilensis). Se llaman nativas las especies que viven naturalmente en un área, pero que puede incluir a más de un país. También hay muchas plantas que ahora son silvestres pero que no son originarias de nuestro territorio, llegaron de otros países, incluso de otros continentes, de forma inadvertida o deliberadamente. Esas flores se denominan adventicias o “exóticas asilvestradas”. Como esa pequeña flor color naranja muy frecuente a la orilla de los caminos llamada dedal de oro, Eschscholzia californica, originaria de California (USA).
La clasificación y descripción morfológica de las especies está tomada de los libros y revistas consignados en la Bibliografía, de investigación en Internet. No se incluye un glosario de términos botánicos para incentivar al lector a buscarlos. Todas las fotografías fueron tomadas in situ por el autor. Algunas de ellas son el resultado de excursiones botánicas realizadas con varios profesores e instituciones.
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