TOMO 13 | Semillas libertarias – Ángela Barrera Cordonez

Ángela Paulina Barrera Cordonez, nace en Valparaíso el año 1948 y en 1975 por motivos laborales, se radica en Rancagua. Casada, madre de dos hijos, abuela de dos nietos,  Profesora de Estado  y otros títulos y grados que le permitieron trabajar 39 años en el Ministerio de Educación, se pensiona en el año 2007.  Aficionada a escribir desde los 12 años, poemas, relatos de viajes por ciudades de los 21 países que ha visitado, cuentos, comentarios de libros, artículos en revistas y diarios. A la  fecha ha publicado  19 libros y  participado  en antologías nacionales e internacionales. Pertenece la Sociedad de Escritores de Chile, Letras de Chile, Poetas del Mundo, Escritoras del Valle del Cachapoal,  Por siempre Parrón y otras. Hace diez años publica en  fotolog:

http://www.fotolog.com/cosas_de_brisa y en Facebook.

(extracto)

BUSCANDO LA FELICIDAD

 

Buscando la felicidad

he atravesado océanos y mares,

deambulado por las calles de París,

subido al inexpugnable Machu Pichu,

embelesado con una serenata en Plaza Garibaldi,

rumbeado una noche en chivita,

transportado al pasado en Colonia de Sacramento,

empapado en las Cataratas de Foz de Iguazú,

bailado un tango en Feria de San Telmo,

confundido entre los ensayos de una Escuela de Samba,

enlatado en un funicular de Copacabana,

navegado frente a los cerros de Valparaíso,

caminado entre lobos marinos en Mar del Plata,

desafiado las alturas en la cúpula del Vaticano,

perdido en los Castillos de Sintra,

amanecido en las ruinas de la antigüedad romana,

compartido con las cigueñitas de Alcalá de Henares,

disfrutado de un partido en el Estadio de Boca,

apunado en el Valle de la Luna,

soportado un temporal grado 8 en el Golfo de Penas,

jugado con bolos de nieve en la Cordillera de los Andes,

bailado merengue en Punta Cana,

participado junto a gitanos

en la Cueva de la Rocío de Albeicín,

mirado como pasa la existencia en la Plaza de Rancagua.

 

Buscando la felicidad,

he tostado mi cuerpo bajo el sol del Caribe,

disfrutado de noches entre manglares y palmas,

viajado de norte a sur y de este a oeste por mi país,

disfrutando del mar, montañas, valles y de sus gentes,

compartido con moros y cristianos,

prendido y apagado la televisión,

incursionado horas y horas en Internet,

inspirado a los sones de la música clásica,

preparado y compartido un rico plato,

alternado con mis seres más queridos,

contado mis cuitas y secretas quimeras.

 

Buscando la felicidad,

creo que llegaré al día del Juicio Final.